Entre las nubes oscurecidas a punto de derramarse en las montañas, y las autopistas, apunto de caer a una velocidad suficiente para dividirse en cientos de pequeñas partes; las pequeñas gotas lluviosas atraviesan en caída libre un viaje con el único destino de estrellarse en el suelo. La lluvia oscurece el día, pero de alguna forma lo libera, y después quizás no haya nada más hermoso, o inquietante que el placer de ser tomado por sorpresa en medio de la avenida, y descubrir que es probable que no tengamos todo bajo control, que tal vez no pudimos saber cuando llovería, que solamente tenemos estas nubes oscuras en algunos días donde quizás no las esperábamos, de alguna forma es fácil ocultarse mientras llueve, así sólo sea una gota, una única gota de lluvia que se derrama y quizás no desde las nubes, pero es probable con suerte que nadie pueda darse cuenta que algunas lluvias no se derraman únicamente desde las nubes.
Paseo bajo la lluvia, Nabil Elhadri. |
cuando llueve no hay otra salida que empaparse por completo, y sin esperar.
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