Amor en los tiempos del Coronavirus: los besos entre tapabocas, y gel antibacterial.

Las personas siempre encuentran
la forma de conectarse, incluso con
una pandemía fuera de casa.

 Para muchos este período de cuarentena ha sido mucho más que sólo la reflexión y la paz de la soledad, más que el trabajo o las tareas virtuales; al parecer y en medio de la trágica crisis más de un virus invade nuestra rutina. Después de los sucesos desarrollados en la zona de Wuhan, en China, donde se empezó a contagiar masivamente un virus gripal del tipo Coronavirus, el mundo sintió temor, sin embargo no fue hasta que afecto a países como Italia, España, y Estados Unidos que se tomaron medidas drásticas para controlar la expansión del virus, pero esto sólo fue el comienzo. El mundo empezó a cerrarse en medio de los estornudos, la tos, y los mocos, la gripe invadía todos los lugares, no quedaba casi ningún país sin esta popular gripe, al toque de la OMS, la declaración de una pandemía mundial fue el punto final de la crisis internacional, la economía, la academía, el turismo, todo empezó a venirse a bajo, sin embargo algunas de nuestras prácticas aún sobreviven con solidez al encierro.

Los casos hoy en día sobrepasan 1 millón de infectados, y el trabajo, y las actividades académicas han sido en su totalidad resumidas a la virtualidad, sin embargo, ¿qué pasó con nuestras otras actividades?, las reuniones sociales, las fiestas, en todo este ambiente virulento cualquiera diría que nadie se atreve, sin embargo y desde lo registrado por diferentes empresas, algunos en medio de la crisis han visto luz, y este es el curioso caso de cientos de empresas de un producto altamente necesario para los largos periodos de soledad, el condón, un elemento que pasadas un par de semanas duplicó casi por completo sus ventas en toda Latinoamérica, y que además nos dice mucho más que sólo un dato comercial, nos señala los nuevos métodos, las nuevas rutinas de la población en encierro, los profundos deseos de los encerrados, ansiosos, asustados, griposos, y excitados. Una ironía en medio de la crisis, que nos deja una buena guía sobre  como llevar en paz, y con mucho placer nuestros días de amor en los tiempos del Coronavirus.