La historia del mundo se puede contar de muchas formas, la verdad parece según
cómo se cuente esta historia una trivialidad más, una noción desprestigiada de lo
verídico, se han dicho tantas verdades que incluso la palabra misma ha perdido su
validez, en palabras de Mark Twain: “Para decir la verdad no se requiere buena
memoria”(...), y es justamente lo que pasa, la memoria es una cosa del pasado, para
las verdades modernas o posmodernas se requiere con mayor proporción un amplio
horizonte, un espectro de visión tan grande que resultaría inútil intentar clasificarlo,
un horizonte que debe ser admirado con las voces correctivas de la tolerancia desde
la sombra de la constante corrección política, imposibilitadora de otra expresión que
no sea una aceptada por la ética posmoderna, una ética de la microscopia de los
relatos, del abandono de las verdades absolutas, un rechazo incluso al brillante
racionalismo para adoptar visiones caleidoscópicas, y mutantes de los relatos en
una variedad inmensa y aturdidora que pretende inútilmente dar noción justa a la
idea de la verdad, de la verdad en la historia, y el entendimiento.
La Lógica del Retrete: En un abismo inmenso se apuntan en orden las grandes verdades de la
historia, a todas desangra un poco: la religión, la ciencia, la política, el
sentimentalismo, y la sexualidad, apuñalados y expuestos,
deconstruídos, ninguno quedó impune ante la des(cons)trucción
provocada por el levantamiento del ideal posmoderno, y como si se
tratara de una limpieza radical de la cultura, la pluralidad invade los
rincones más claros para volverlos difusos, para cuestionar las verdades
que antes eran obvias, para incluir con un afán sudoroso a todos los
grupos minuciosos, y eclipsados a la gran junta de pequeñas verdades
donde se forma la realidad ética, y con obviedad políticamente correcta.
Una nueva historia que abandonó las absolutas afirmaciones de la
ciencia, la superstición de la religión, el éxito capitalista, la estructura de
las relaciones humanas, una nueva historia que a modo de analogía se ha
transformado en una abstracción titánica, donde la verdad se basa en
reconocer muchas verdades, en rechazar una lógica general, una
globalización, un apego a la pluralidad a las diferentes concepciones…
todo esto no más que una descripción del mundo contemporáneo,
pactado en el arte de vanguardia primermundista, en las canciones de
Yoko Ono, en la pluralidad cegadora, y por supuesto en el materialismo
histórico, concebir la historia desde millones de ojos.
Precisa sería una tregua con este rompecabezas incompleto, un mediano
convencionalismo, acaso todos pueden entender la variedad inmensa
que se propone, preciso sería explicar el posmodernismo para dummies.
La lógica del retrete no es más que la señal enorme del rechazo, y el
cuestionamiento a visiones lógicas de la verdad, rechazar el positivismo
científico es un error peligroso en tiempos del método científico, en
tiempos de industrialización tecnológica, sin embargo la pluralidad
posmo lo ha echado el retrete y ha dado la cisterna hasta el fondo,
volviendo a las tinieblas del hombre, a debates enigmáticos, desgastantes
fundamentados en la validez de cualquier versión sin más, una discusión
que no se puede cubrir ni siquiera desde la posmodernidad; una lógica
de retrete en la turbiedad de la ausencia de un centro.
La Muerte de los Relatos: El amanecer del hombre describe la búsqueda de la verdad, la necesidad
más antigua, el sonido después de la pregunta indicando la respuesta; la
certeza, una búsqueda incansable, constante. Al comienzo fundamentada
(al menos en Occidente) en la superstición, la explicación del mundo
desde la naturaleza, desde las historias frente a la hoguera en la noche,
en la oscuridad repleta de depredadores, los depredadores de esa luz, de
esa luz que iluminaba en medio del miedo, y la ignorancia una sola
verdad. El relato se desplaza en muchas formas, en muchos moldes, los
mismos que Lyotard, filósofo posmoderno señala destruyen cualquier
noción del ideal posmodernista. ya que este “debería ser abordado sin
criterio, y sin estructuras modernas(...)”
El Modernismo, y en general el mundo antes del siglo XX, se contaba a
través de las nociones de la época, en la Edad Media por ejemplo el
marcado poder de la iglesia, y de su verdad describía el relato más
poderoso e incuestionable, esto claro refiriéndonos sólo al occidente, en
la América Precolombia otras religiones e historias tuvieron lugar, sin
embargo siempre describiendo una estructura central, absoluta, una
verdad social clara para los miembros de la sociedad, al igual que sus
relatos predecesores como La Ilustración, El Marxismo, El Capitalismo,
siempre adoptando verdades que pueden al menos ser descritas, desde
los hechos.
Sin embargo esta “costumbre” ideológica quedaría en desuso, inútil para
contener las necesidades plurales del mundo actual, una sola verdad no
podía contenerlo todo, era necesario el ensamble de una nueva forma de
concebir la historia, de construirla, de entender la verdad, una forma
llena de la correción política, del progresismo, de la inclusión, de la
tolerancia, donde hubiera un lugar justo para todas las versiones, igual
de verídicas; una utopía sin duda.
La Luz en el Positivismo Científico: Sin dejar cabos sueltos el método científico es quizás lo más cercano a
una verdad absoluta, al menos en la racionalidad es posible encontrar la
mecánica funcional de la naturaleza, en palabras de Tesla “La vida es, y
seguirá siendo una ecuación sin solución, pero contiene algunos
factores conocidos(...)” la claridad del pensamiento científico es lo que
irónica provoca (subjetivamente) una confianza plena, la comprobación
sensorial no tiene lugar a debates, ni a cuestionamiento, no es posible
negar la veracidad de la física newtoniana (aunque actualmente más
cuántica), o de las realidad químicas, esto no tiene punto de inflexión, la
rigidez con la que deberían ser tomadas las verdades en la ciencia no
debería ponerse en debate por una ola posmoderna, no se cuestionan las
verdades demostrables de la ciencia desde la ética, o las humanidades,
sólo se pueden contener desde el entendimiento objetivo, y claro de las
diferentes disciplinas académicas que apuntan a lo científico, no hay otra
forma, o al menos no debería, riesgoso el día en que exista, o quizás ya lo
hace… Cómo cuestionar la verdad que brota frente a los ojos, que se
percibe en cada sentido, que demuestra donde yace el verdadero
potencial que marca el ritmo de los sucesos.
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