La verdadera ternura en Schopenhauer

Schopenhauer muere de insuficiencia respiratoria
el 21 de septiembre de 1860.
Para muchos farsantes, y mojigatos Schopenhauer ha sido por largo tiempo la viva imagen de la amargura, y la soledad; pero erróneamente han ignorado la sensibilidad clara del filósofo ante las relaciones humanas, y la vida en general. Sin intensión de narrar una biografía fuera de lo que ya se conoce sobre el pensador; se puede agregar que Schopenhauer mucho más allá de todo lo que se afirme fue un híbrido interesante de la filosofía occidental; quizá un apasionado justiciero de las ideas, o un crítico general de la conducta humana trágicamente confundido con un viejo amargado, y cruel; Dado el caso en nombre de la buena cara (metafóricamente) de Arthur Schopenhauer me dedico ha redactar estas lineas con la intensión única de aclarar la verdadera faceta de la obra de este pionero de la inclusión cultural, y sin duda también del activismo animalista debido a su alimentación vegetariana.
Su pensamiento sobre la vida se puede resumir en una abstinencia objetiva, una negación al deseo, un celibato trascendental; individualista, y metafísico. El deseo daña para Schopenhauer, la trampa más clara al sufrimiento; su abstinencia a la complacencia se reduce al conocimiento de la inutilidad de la satisfacción; trágicamente, y limitado a su contexto Schopenhauer traduce en ocasiones actitudes misóginas, o machistas respecto a lo que para él simboliza la mujer, sin embargo desde su madurez objetiva quizá argumenta de cierta forma el individualismo de su aparente heterosexualidad, tal vez un hombre sin etiquetas para su época, o un peligroso sobrevalorado; en todo lugar se aleja mucho de ser el famoso amargado, y petulante del que todos hablan, y se asemeja más a la madurez, y a la calma de la reflexión objetiva; siempre llevando como estandarte un revoltoso tono justiciero, y en otras palabras compasivo: 

Una compasión sin límites por todos los seres vivos es la prueba más firme y segura de la buena conducta moral(...) Sobre el fundamento de la moral, Arthur Schopenhauer

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