Censura, y destrucción de contenido; ¿es la supuesta prensa libre el reflejo plástico de la más sofisticada red de engaños?

La censura es una muestra firme de absolutismo.

Como es conocido, al día de hoy la comunicación ha visto relevantes avances respecto a la facilidad que existe actualmente  para difundir cualquier clase de información a través del uso de diversos mecanismos como Internet. Debido a esta factible característica en la moderna comunicación instantánea del siglo XXI diversos fenómenos han tomado forma; dando lugar a maneras de comunicación de expansión masiva, entre las cuales ha resaltado el popular periodismo digital, al cual muchas de las grandes cadenas periodísticas del siglo XX se han adaptado con facilidad. Los modernos medios del periodismo digital han facilitado la producción de contenido informático de todo índole a casi cualquier persona con conexión a la Web, y con conocimientos mínimos de edición digital, y redacción. Actualmente existe un número casi incontable de periódicos digitales, los cuales creando un más plural caso no apuntan a un mismo objetivo, ya que con las suficientes fuentes de datos los periódicos digitales pueden enfocar sus temas a una diversidad notoria de intereses, desde la prensa local hasta la vida de las grandes estrellas. Y, aunque aparentemente pareciera ser la era de los periodistas empíricos, y de la más viva libertad de prensa; las manos desconocidas de los grandes poderes se ciernen con fuerza sobre los irreverentes. Las grandes cadenas periodísticas que hicieron fuerza en el pasado siglo siguen latentes hoy en día desde la rapidez informática de Internet, y como era de esperarse, susceptibles a los intereses de una silenciosa élite han quedado envueltas en populares rumores de censura, y al parecer han quedado también aparentemente desinteresados de invertir a fondo en investigaciones que encierran a populares empresarios, y políticos de la Nueva Ola (Neoliberal). El énfasis informático de occidente se ha caracterizado por resaltar supuestos escándalos de censura lejos de los muros altos del primer mundo; situando entre los países con más censura a Corea del Norte, Eritrea e Irán, información con la cual esperando limpiarse las manos, quedan situándose lejos de ser los opresores, y tomando el lugar de héroes de los oprimidos No queda en discusión la razón que puedan tener en tan energética tarea, plasmada todos los días en las grandes cadenas de noticias en televisión, y ahora fuertemente arraigadas en la Web. La abstracción que ha generado esta estrategia ha dejado indefensos a los receptores poco críticos de la clase media, los cuales como si de frascos se tratara han quedado llenos de esta información, expuesta para ellos como la única verdad existente; a lo cual hoy en día nosotros, y ellos (sus cadenas de noticias, periódicos y demás) han bautizado con el titulo honroso de prensa libre. No debería sorprender que en días de democracia los supuestos defensores de la verdad; no sean más que dispuestos títeres de una élite casi, o  quizás por completo absolutista.