La xenofobia; un perro violento con cara de patriotismo

Imagen: Cristina Peroldi
La xenofobia vista a nivel patológico(...)

En ocasiones se puede experimentar, o podemos oír de casos reales en donde personas sin inclinaciones especificas de ningún tipo son bombardeadas de opiniones injustificadas, y ofensivas sobre ellos mismos sólo citando un argumento; su nacionalidad. El término indicado para situar esta situación a nivel social es la xenofobia, una tendencia de una población al rechazo de otra sólo por su origen. A nivel global este término ha sido experimentado, defendido y criticado por cientos de posturas políticas y religiosas; pero de forma concisa es necesario preguntar si esta postura, completamente propia de las masas vulnerables a la ignorancia, y de las ideologías cuestionables es producto de nuestra lamentable idea errónea del patriotismo; para muchas personas, y en casos irónicos no hay más alto reconocimiento que el de ser vistos como verdaderos patriotas, gente de su tierra; incluso si esto les cuesta parecer unos fanáticos a una bandera, y a una canción aburrida, el orgullo nacional puede ensamblar condiciones enfermizas, y realmente particulares. Para entrar en contexto podría citar sucesos que ocurren alrededor de todo el mundo como en Siria, y su situación tensa con el pueblo palestino, o en Colombia con la llegada masiva de venezolanos pero, ¿ de qué nos serviría profundizar en estas situaciones si ni siquiera sabemos como actuar frente a ellas?, ¿cómo se combate realmente la semilla podrida de la xenofobia?, creo que si realmente entendiéramos la limitación racional que se plantea, este comportamiento sería abandonado. La injustificada xenofobia se desarrolla en sociedades de dudosos cimientos, y debe ser corregida prematuramente. La postura más racional frente a este fenómeno siempre debe ser punzante, en ocasiones argumentos relacionados con el patriotismo son empleados para defender esta idea, pero en el fondo son poco sólidos, el odio y la discriminación no deben tener espacio en ninguna sociedad, y menos simplemente por el hecho de haber nacido en limites geográficos distintos. No quiero decir que el patriotismo sea algo contraproducente, pero si es necesario resaltar que en ocasiones cualquier tendencia mal enfocada puede desarrollar sucesos lamentables, la imparcialidad debe estar en la cima de una objetividad social. No somos peores por nuestra lengua, bandera o color; porque estas lineas invisibles de clasificación son puras invenciones del odio, el racismo y la desinformación.