Especial de monstruos japoneses: Tsukumogami.

Karakasakozou, el espectro vengativo de una 

vieja sombrilla,  extraído de El

desfile de los cien monstruos, 

libro del pintor japonés Kano Enshin

Después de interesantes observaciones sobre la diversidad de criaturas existentes en la mitología japonesa; es concreto afirmar que la solidez cultural del oriente es producto de una de las más sublimes composiciones mitológicas, y folclóricas. Sólo hace falta ojear un poco en sus adentros para quedar completamente estupefacto. 

Para exponer con precisión el tema de los Tsukumogami (付喪神,"Espíritu Artefacto") es importante dar contraste al hecho de que esta clase de Yōkai a diferencia de los que tienen representación animal, o simplemente demoníaca, hacen referencia a cualquier objeto de la cotidianidad en una vivienda. Básicamente un Tsukumogami es un objeto de al menos cien años de antigüedad, probablemente olvidado, e inutilizado que en un cómico proceso de evolución desarrolla vida propia; de una forma demoníaca en la mayoría de los casos. Estos a pesar, de sonar tan llamativos, y sin duda interesantes tuvieron su apogeo sólo desde el período Edo, cuando curiosas leyendas de teteras endemoniadas, y frascos de sake vivientes empezaban a tener lugar entre la amplia gama del folclor japonés, debido en gran parte al curioso trabajo de Toriyama Sekien, clásico ilustrador del género ukiyo-e. Es preciso agregar también después de esta breve revisión, que a pesar de que la leyenda de los Tsukumogami es relativamente "nueva" (En comparación a la mayoría de los componentes de la cultura japonesa) no deja de resaltar rasgos milenarios de los clásicos japoneses, desde la magia de teteras encantadas hasta el honor de la espada digna de un samurái .Los relatos donde se exponen historias sobre esta clase de Yōkai son diversos, un ejemplo célebre sería el Tsukumogami ki, un texto anterior al Período Edo, publicado durante el Período Muromachi (1336-1573),  que relata la historia de diversos objetos caseros que abandonados por sus antiguos dueños, buscan la venganza tras cobrar vida: ‹‹"Hemos servido fielmente a las casas como muebles y utensilios durante mucho tiempo. En vez de conseguir la recompensa debida a nuestra causa, nos abandonaron en las calles para ser pateados por bueyes y caballos. Al insulto se ha añadido la lesión, y ésta es la afrenta más grande de todas. ¡Cueste lo que cueste, debemos convertirnos en espectros y tomar venganza!"››

Más allá de ser malévolos, los Tsukumogami exponen su irá desde la nostalgia, y su clara intención de revindicar el honor propio, como se lee en el anterior fragmento del Tsukumogami Ki. También existen referencias a su ascensión espiritual abandonando los antiguos sentimientos de venganza, y alcanzando un perpetúo estado de paz.