Dr. Livingstone, ¿supongo?

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Stanley halla a Livingstone a orillas del Tanganica (1871)

En tiempos donde las antiguas técnicas de los hombres se pierden difusas entre los avances de software, y la factibilidad de la información, nos podemos quedar cortos con la idea de una vida fuera de aquellas facilidades, cuando técnicas como la cartografía son reemplazadas por rápidas revisiones de potentes drones voladores; historias como la de Livingstone y Stanley son desde lejos propias de otras épocas, cuando hombres lejos de las facilidades de nuestra tecnológica edad fueron más que sólo eso. David Livingstone fue uno de lo más relevantes exploradores del continente africano, lejano de cualquier tipo de ayuda avanzada, fuera de la que unos pocos hombres podían brindarle, Livingstone exploró durante su vida la mayor parte del continente africano, clasificando fuentes hídricas  y variedades vegetales; especies animales, cadenas montañosas, costas y demás incalculables logros nunca antes conseguidos sobre el África casi totalmente salvaje del siglo XIX, Livingstone era británico, y desde muy temprana edad se vio interesado en los estudios médicos consiguiendo a pesar de ser empleado de la fábrica de su padre entrar al Charing Cross Hospital Medical School, en el cual cursó estudios desde 1838, hasta 1840 cuando intentó ingresar a la Universidad de Glasgow, donde terminó sus estudios. Un tiempo después un Livingstone con más experiencia se hizo miembro del Movimiento Misionero Londinense, el cual primer lugar trató de enviarlo a China, aunque el plan se  vio frustrado debido al estallido de La Guerra del Opio, posterior a esto aceptó asistir a una misión en Ciudad del Cabo. Después de su estadía con otros misioneros en Ciudad del Cabo, Livingstone decidió ampliar su misión de exploración en el continente yendo desde el Desierto Kalahari hasta las Cataratas Victoria (que él mismo descubrió). Viajó de nuevo a Inglaterra una vez terminó su misión, esta vez buscaba posibles inversores en su proyecto de exploración del continente africano. Después de su regreso a África, Livingstone contaba con un equipo de hombres ligeramente más grande, casado y entusiasta se propuso examinar la rivera del Zambeze, la cuál debido a sus rápidos era de difícil acceso. Río abajo se vio forzado a parar su expedición, y regresó a la costa junto a su esposa con la idea de construir un barco de vapor para continuar en su travesía, cuando llegaron al Lago Malawi ya muchos hombres tentados a desertar viajaban sin esperanza, su esposa Mary murió en este viaje, junto a su hermano Charles durante la construcción del barco, Livingstone se vio forzado a dejar atrás (de nuevo) su expedición en el misterioso continente. Fue hasta 1865 cuando la Royal Geographical Society le atribuyó la misión de encontrar el nacimiento del Nilo, ya que como se sabía, y a pesar de sus anteriores misiones fallidas en África, Livingstone era un respetado, y admirable explorador, el cual partió al siguiente año (1886), arribando en la isla Zanzíbar, para posteriormente adentrarse en el continente africano, a pesar de haber descubierto varios ríos, e incluso haber confundido uno de ellos con el nacimiento del Nilo (Río Lualaba). Después de un tiempo en su ardua exploración en África, Livingstone perdió paulatinamente la comunicación con Inglaterra; lo cual causando mucha intriga, generó preocupación sobre su paradero. Livingstone se desplazó hasta el Lago Tanganica. El periódico New York Herald desarrolló una misión para encontrar a Livingstone debido a la preocupación que generó su desaparición; la expedición fue dirigida por Henry Stanley, un explorador y periodista, británico como Livingstone. El cual emprendió una misión de características altamente amenazantes a través de una casi inexplorada África Central, Stanley avanzó por el Congo sin dar rastro de Livingstone, quien sin señales posibles de su paradero sería hallado por Stanely sólo hasta 1871, quien conseguiría encontrarlo asentado a orillas del Lago Tanganica, preguntando este a el desaparecido explorador; "Dr. Livingstone, ¿supongo?", Livingstone según lo que se cuenta respondió; "Stanley yo he leido La Biblia cuatro veces mientras estaba esperando en Manyuena. Todo lo que soy se lo debo a  Jesucristo, revelado para mí en su Libro Divino, ¡Oh Stanley, Stanley, aquí está el manantial de la fuerza y del poder que transforman"

Después del fortuito encuentro, a pesar de que Stanley insistió en el regreso de Livingstone este se negó a la oferta, quedándose en África, donde encontraría su muerte en Zambia (1871), derrotado por la malaria, su cadáver fue transportado a tierra anglosajona nuevamente, aunque se cuenta que su corazón fue sacado por los nativos africanos y enterrado en África, ya que como afirmaban este, su corazón, estaba ahí, en África.

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